Parte del prólogo escrito por el gran Juan Pas |
ANDAR
JUNTOS
“Sé
hablar de los días terribles/ sin que el pulso se me caiga” Carmen Saavedra
“cualquier
cosa es buena a condición de deambular” Alejandro Chiri
GOCE Y ESPANTO
Desde luego, este es un libro impreso, como cualquier otro,
pero bajo condiciones y circunstancias particulares que lo hacen nuevo. No se
trata de abrigar palabras con cartones sino de irrumpir con una literatura por
momentos inquietante y por momentos eufórica. Hablo como si los escritores
fueran uno solo pero lo cierto es que en un momento se han encontrado para
compartir sus voces y ahora que andan juntos se han puesto a decir cosas.
Para empezar, este libro es un acontecimiento atípico en la
literatura de Salta. Primero, representa la consolidación de una comunidad de
escritores que han venido publicando en la revista Sonámbula desde hace tres años
en formato papel, gratuita, y en Facebook y Blogger. Aquí la colectividad no es
un efecto de la obra sino parte de su proceso.
Segundo, habremos de cruzar nuestros caminos con escrituras
alejadas de las actitudes postradicionales de otras comunidades coetáneas. Más
bien han superado las limitaciones de los legados del siglo XX local con una
apuesta por la diversificación y la donación de la palabra como era impensable
en otras épocas. No sólo eso, hacen algo muy necesario e importante: inyectan
en las arterias esclerosadas de estas tierras una buena dosis de narrativa y
humor.
Por supuesto, y no es un detalle menor, la poderosa
presencia de escritoras como Lía Sosa, Fernanda Escudero, Fernanda Salas,
Elizabeth Díaz y Cecilia Toconás nos conducen a través de sensibilidades
intensas. También, si no nos queremos perder nada, este libro es el festejo que
realizan los cuerpos cuando viven el presente.
Resulta interesante pensar que los cuerpos que ha tomado
mucha de la literatura argentina tenían el signo de un desaparecido. Eso no
ocurre aquí, sobre todo en los cuentos y muy especialmente en la poesía de
César Martínez, donde el otro es la apelación de un cuerpo presente, mutable,
efímero y gozoso.
Lo que sí ocurre guarda relación con las distorsiones de los
sentidos producto de una imaginación atravesada por la cultura popular, Gokú,
el diario chiquito de Salta, los Simpsons, los zombis, el resto del animé, el
cosplay, Crónica TV, la década ganada, la teoría de las cuerdas, los Wachowski,
los desperfectos y los pasadizos de la Saltrix.
Debajo de todo, el ego de un hombre pequeño, en los términos
de Reich, destruido por el poder y sus tentáculos multimediales. Pienso en
Evasión, de Lía Sosa, y en Super Saya Gym, de Rafael Caro.
A propósito de esto último, quienes escriben asumen que su
palabra circula en una sociedad ficcionalizada por los discursos sociales, en
especial los de la política, los medios de comunicación y la publicidad.
Algunas de las historias y los poemas que encontrarán aquí nos plantean una
duplicidad intercambiable entre lo que es real y lo que es ficticio. No tenemos
certeza del origen de la confusión, si el dinero o una profunda vanidad humana
desquiciada.
Juan Pas,
en el mirador del alto yuyo,
31/08/ 2013
1 comentarios:
donde conpro el libro, estoy intrigado por leerlo.
cesar martinez
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